Bosque Mitago, de Robert Holdstock (Spoilers señalados)

¡Estoy que tiro la casa por la ventana! Tengo muchas ganas de escribir todo lo que ronda por mi cabeza y por eso he de aprovechar esta motivación para  publicar todas las entradas que den de sí mis dedos y mi tiempo...a ver si así le voy dando algo de fuerza y forma a este sitio.

¿Por dónde empezar?, le he estado dando muchas vueltas hoy al asunto de qué libro exponeros después de mi crítica a Danza de Dragones. En un momento de epifanía la respuesta ha llegado a mi y me he dado cuenta de que tenía que ser (¡y cómo no!) el dulce Bosque Mitago, de Robert Holdstock.

Bosque Mitago fue un libro que me compré por azar, por qué si, por qué me dio la gana. Precisamente me dejé guiar por esa mala costumbre que es versada incluso por un refrán propio: No juzgues nunca a un libro por su portada. Pues bien, yo lo compré porque me encandiló su cubierta, con un par.  Y es que Enrique Jiménez Corominas sabe muy bien lo que hace cuando pilla un lápiz por banda. Incluso tuve la portada del libro como Wallpaper durante todo el tiempo que me tomó leérmelo.¿Qué puedo decir? Si, me enamoré de ese dibujo, y si, ¡ese sentimiento tan puramente visual me permitió disfrutar de un libro como muy pocos consiguen hacerlo!

Podría definir muy bien Bosque Mitago, y quedarme más ancha que larga, comparándolo con un dulce cuento. Como esas historias mágicas que adorábamos oír cuando éramos pequeños (pero en versión adulta, claro).

Este es un libro que te produce diferentes sensaciones, o al menos es el efecto que tuvo en mí. Al principio te confunde, pues no sabes muy bien de que te está hablando. Todo está centrado en una cosa muy concreta pero no te es explicado desde el principio, sino que se va revelando al lector poco a poco, produciéndote una inquietud nerviosa: ¿Pero qué les pasa? ¿De qué están hablando? ¿Qué es esto?. Sin embargo, de un momento a otro y sin previo aviso, te das cuenta de que ya te has metido de lleno en el embrollo y de que no puedes salir. Incluso no sabrías decir con exactitud cuando te diste cuenta de que ya sabías de lo que estaban hablando.

Desde el principio te das cuenta de que ahí, el principal  protagonista es el amor. Y es que Bosque Mitago no es más que una historia de amor poco común. Nunca había visto el amor vestido con este tarje y ¿sabéis que?, que me gustó. Apoyas a Steven porque creo que cada uno, a su manera, nos  identificamos con él. También eres sutilmente embrujado por Guiwenneth, ya seas hombre o mujer, y es que mujeres cómo esa no se las encuentra uno por la calle todos los días ¡oiga!

La inventiva que rezuma este “cuento” es sublime. Jamás se me hubiera ocurrido a mí crear algo tan complejo. Cuando te paras a pensarlo dices, “¡Qué cosa más original!” y es que si hay una característica predominante en esta novela es esa, la originalidad.

No hay que olvidarse de Keeton, un personaje enigmático del cual se ha hecho un segundo libro llamado Lavondyss, que aún no me he leído (aunque tengo intención de hacerlo).

 La historia de este personaje no es revelada hasta casi el final de la novela y realmente asombra saber cuales eran sus motivos intrínsecos para  lanzarse a tal aventura. Vamos, que te deja un  muy buen sabor de boca para querer leerte esa secuela.

¿Qué que es lo que más me gusto de este libro?: su Originalidad. Una característica que baña al libro de una ilusión, magia y fantasía mezclada hábilmente con lo cotidiano. Y, ¿qué que es lo que menos me gustó?, ¿sinceramente?; SPOILER el no poder leer el verdadero desenlace de Keeton, supongo que para eso tendré que leerme Lavondyss.FIN SPOILER

¿Lo recomiendo? COMPLETAMENTE. Es una historia única, en un mundo único y con unos personajes únicos. No creo que encuentres nada igual en mucho tiempo. Yo lo guardo en mi memoria con mucho cariño, y es que, en cierto modo, te hace reflexionar bastante sobre el origen de los mitos y sobre su significado. No me importaría ahora mismo perderme un rato entre la frondosa arboleda del Bosque  Ryhope…

Artax