¡Qué libro tan curioso! Nunca
pensé que llegaría a cruzarme con él. Fui a la biblioteca buscando Peter Pan, y
como no lo encontraba mire tanto y tanto que me acabé encontrando con las leyes
de Murphy, unas leyes de las que yo siempre había sido fan pero de las que
nunca supe que había un libro donde se recompilaran como tal. Me hizo tanta
gracia que lo alquilé.
Creo que lo primero en lo que
piensa la gente cuando se les habla de las leyes de Murphy es en una serie de
leyes estúpidas sin validez y con el único objetivo de hacer la gracia de
turno. Sin embargo, a medida que las vas leyendo te van dando cuenta de que van
mucho más allá y de que lo que aparentemente
siempre se concibió como una broma tiene mucho más sentido y fundamento de lo
que pensamos. Y es que la leyes de Murphy son todas aquellas leyes bajo las que
nos vemos sometidos a diario y que constituyen un régimen invisible pero
cierto. No se trata del resultado de cálculos matemáticos exactos, sino de apreciaciones
sobre la vida diaria y el mundo que están masivamente aceptadas aunque no de
una forma científica. Son, desde mi punto de vista, pura filosofía de calle.
Así, y bajo este formato, nos
encontramos con un libro de 271 páginas dividido en un montón capítulos cerrados
destinados a diferentes campos, por ejemplo: comiteología, arte de dirigir,
maquinología, academiología e investigación, periciología avanzada, Metaleyes, sistemática,
problemática, cortesía en carreta, sociomurphyología situacional etc. Cada uno
desarrolla sus propias leyes y tienes incluso hasta alguna ilustración aquí y
allá. El libro también cuenta con una pequeña introducción de tres páginas que
alude al porqué del libro y que comienza de esta manera:
“ ¿ Nunca ha sonado el teléfono de su casa
en el preciso instante en que usted se sentaba en el excusado? ¿Tampoco ha
aparecido el autobús que llevaba horas esperando justo cuando ha encendido un cigarrillo?
¿Nunca ha llovido a cántaros, precisamente el día que había llevado el coche a
lavar, ni ha dejado de llover nada más comprar un paraguas?.”
Estos son los “principios
universales” que abarca el libro con la finalidad de otorgarnos su “alivio
Kármico” y no sentir que el mundo conspira contra nosotros.
Es un libro muy interesante, y no
tiene desperdicio. Si bien algunas leyes se pasan incluso de intelectuales, existen muchas otras
tan simples y escuetas como si ya estuvieran propiamente caracterizadas bajo un
principio absoluto de veracidad. Otras veces estás leyendo las leyes y descubres
redactados pensamientos que ya habías elaborado anteriormente en tu cabeza. Es entonces
cuando piensas, ¡cuánta razón!, o, ¡esto
es cierto!, y las leyes de Murphy pasan a tener una concepción completamente
distinta de la que poseía antes en tu cabeza.
Aquí os dejo algunas de mis leyes
favoritas, ¡disfrutadlas!:
Dilema del Trabajador:
1. Haga
lo que haga, nunca será suficiente.
2. Lo
que no haga, siempre será más importante que lo que haga.
Ley de Lieberman:
Todo el mundo miente pero no
importa, porque nadie escucha.
Ley de la mentira
No importa la frecuencia con que
se demuestre que una mentira es falsa. Siempre habrá algunas personas que crean
que es verdad.
Ley de los viajes en promoción
Sea fiel a quien no está en el
poder.
Ley de Lowe
El éxito siempre tiene lugar en
privado y el fracaso a la luz pública.
Ley de Mayne
Nadie nota los errores grandes.
Máxima de Matz
Una conclusión es el punto en el que usted se cansó de pensar.
Navaja de Hanlon
No le atribuya nunca a la malicia lo que puede explicar la estupidez.
Principio de la inercia del diseño
Al principio, todos los cambios parecen horribles.
Ley de Mayne
Nadie nota los errores grandes.
Máxima de Matz
Una conclusión es el punto en el que usted se cansó de pensar.
Navaja de Hanlon
No le atribuya nunca a la malicia lo que puede explicar la estupidez.
Principio de la inercia del diseño
Al principio, todos los cambios parecen horribles.
Artax