Bueno, qué decir. Como bien deje
leer en mi presentación, debería de haber empezado esto mucho antes. Desde que
empecé como novata en el increíble mundo de la lectura (de eso hace ya mucho
tiempo) he leído una infinidad de libros.
Muchos de esos libros han sido obras increíbles, historias que me muero
por compartir, pero que ahora, están demasiado lejos en mi memoria como para
poder reseñarlos con fidelidad. Entre ellos se encuentran sublimes tomos cómo
Drácula, La historia interminable, Ana Frank, La naranja mecánica, Harry
Potter, Jane Eyre, El señor de los anillos, En el camino…¿Y qué hago con todo
esto? ¿Abandonarlos? ¡No señor! Los dejo pendientes, para una relectura, o para
una entrada no de forma exhaustiva, pero sí llena de sentimiento. ¡Sólo quiero que conste que los libros
que pongo aquí no son los únicos que me he leído! Lo que creo que es
obvio. Pretendo volver, tarde o
temprano, a todos ellos.
Yendo al grano, y como bien anticipa
el título, en mi primera entrada voy a hablar de esa novela río que está tan de
moda. “Esa” de la que tanto oyes nombrar y que, al final, incluso el nombre
parece carecer de sentido. Estamos hablando de Canción de Hielo y Fuego, y
concretamente de Danza de Dragones. En realidad lo que estoy haciendo ahora no
es más que un anticipo, pues aún voy por la página 435 del primer tomo, lo que
quiere decir que no he acabado el libro. Sin embargo me apetece mostraros mis
impresiones, y, ¿por dónde empezar? Esta Danza se me está haciendo algo
aburrida y espesa…
Sí, no se puede negar que George
R.R. Martín es un genio de la escritura. Posee un talento del que muchos
carecen y un don especial para atarte a sus intrigas y cambios de argumento
repentinos. Es tan fuerte ese talento, que incluso cuando estás leyendo las
peores partes de su escritura no puedes dejar de hacerlo. Pero no voy a negar
que, a pesar de todas estas virtudes, también peca. Festín de Cuervos y Danza
de Dragones son el claro exponente de cómo cargarte todo un mundo fenómeno y
lleno de posibilidades. En realidad, y mirándolo detenidamente, todo es
maestro: los reinos, los personajes (y sus personalidades), las diversas
culturas, las casas y sus blasones, las tramas, lo fantástico y sobrenatural, las
batallas, las muertes, el estilo narrativo…sólo creo que en estos dos últimos libros
no lo explota como debería, o por lo menos, no cómo su público espera y desea.
Sus tres primeras canciones de hielo y fuego son unas obras maestras que recomiendo a
cualquier persona que ame los libros bélicos, fantásticos y de corte, pues
estos son una mezcla de esos estilos. En ellos narraba majestuosamente a sus
personajes principales y nos sumergía en sus vidas y problemas. Tengo la
sensación de que en esos tres primeros libros iba al grano y daba a su público
lo que de verdad quería leer. Sin embrago, este autor siempre ha pecado de
explayarse demasiado en sus descripciones (trajes, paisajes, situaciones), al
igual que le pasaba a Tolkien en esos pasajes duros del señor de los anillos,
pero es que en sus dos ultimas obras se ilusiona demasiado y provoca un
abatimiento que te incentiva a querer dejar el libro para otro rato. Se
preocupa por explicar demasiado las historias y las hace pesadas. Expone
demasiada información y muy poca miga (y encima, en pocas dosis). No hace un
balance equilibrado, sino que parece dar la sensación de que quiere transformar
su libro en un proyecto personal, en un glosario de Canción de Hielo y fuego,
un diccionario de ese mundo que el ha inventado, olvidándose que se trata de
una novela, y no de un volumen informativo. Y ni hablemos de la manía que tiene
este hombre con meter miles de nombres de personajes que sólo protagonizan una
aparición y que no vas a memorizar, provocándote sólo confusión.
¿Qué le paso en Festín de
Cuervos? ¿Cómo pudo tras el increíble Tormentas de espadas darnos algo tan poco
apetecible como todo un libro (con el grosor que los caracteriza) de unas
historias que no interesaban a nadie y sobre una gente que casi no tuvo un
protagonismo notable en los dos anteriores libros? (exceptuando ciertos acontecimientos, claro está...) Yo me decepcioné mucho con
Festín de Cuervos, y tenía mucha ilusión y esperanza depositada en Danza de
Dragones pero…me está costando incluso más que
Festín. Quizá sea por que esperaba mucho más, ya que ya había sido
decepcionada con el anterior.
De todos modos no hablaré muy
alto, aún he de terminarlo, y creedme que deseo hacerlo pronto. Ahora mismo,
tengo ganas de que termine ya esta Danza.
¿Qué opináis vosotros? ¿Creéis cómo
yo que George está dando demasiada coba a su historia y se está olvidando de lo
que realmente importa? ¿Tenéis esa vaga sensación, de que se está yendo por las
ramas, y de que está alargando todo lo que puede esta magnífica historia? ¡Dejadme
vuestras opiniones!
Artax